Había perdido mi tiempo en los pasillos de Púan leyendo apuntes de filosofía, también había hecho lo mismo en la UNLA pero estudiando C, introducción a la programación, y algo de java, en las clases de objetos I y II, y reconocía sin pudor que no terminaría esa carrera tampoco.
Al concluir el secundario, implícitamente, juzgando mis acciones durante mi periodo universitario, parecía haber decidido no ser jamas un adulto y no llegar a tener responsabilidades reales.
Durante ese periodo ausente de responsabilidades obtuve algunas destrezas narrativas e informáticas, lenguajes indispensables del ciudadano moderno.
Experimentaba todo el tiempo con palabras, conceptos y programas.
Así atravesaba mis días: vagabundeando entre palabras de fotocopias y dword de computadoras. Jamas comprometido en nada. Un ni-ni (ni estudia ni trabaja) inventando escusas para no trabajar.
Un día con su anonimia repetida, común y habitual, decidí hacer un posteo en mi blog cuyo tema fuera faraday, un programa de seguridad informática, así de provisoria era mi descripción sobre el tema.
En comunicación con la cuenta de twitter de Faraday me preguntaron si me animaba a hacer vídeos y así, sin proponerme nada, terminaría entablando una relación laboral con esa empresa de seguridad.
Hasta entonces mi experiencia laboral, pretenciosa expresión para un periodo cuya duración fue mínima, se limitaba a un cibercafe y a un negocio de ventas de carteras y bolsos. Mis trabajos, como mis estudios, siempre fueron intermitentes e incompletos. Infobytesec y Faraday me dieron la oportunidad de crecer, en mas de un sentido de la palabra crecer.
Accidentalmente ingresé al mundo laboral con todo lo que eso implica (gente acosándome telefónicamente para venderme cosas, comenzar a recibir correo no deseado con ofertas que nunca me seducen y cosas geniales como las que brinda algo de dinero: volver a leer buena literatura porque durante mi periodo universitario solo consumía fotocopias, y satisfacciones no monetarias: jugar maliciosamente con la computadora sin riesgos legales). Tuve suerte porque mi vuelta al sistema fue en un ambiente donde reina la cordialidad y la camaradería y donde una gran parte del trabajo consiste en aprender. Solo lamento no haber encontrado un atrabajo asi cuando yo era mas joven.