Redes Sociales

Instagram, con su estética de amaneceres y gatitos, siempre es demasiado burguesa; facebook mayormente pertenece a los abuelos, los tíos y las clases menos favorecidas económicamente; twitter, sin lugar a dudas la más diversa de las redes, es también lugar donde acontece los sucesos del presente, las peleas ideológicas, el ingenio de algunos poetas minimalistas y la vanidad de los periodistas.

Hace unos meses imaginé una red social reducida y selecta donde solo participaban dueños de otras redes sociales, buscadores de internet, servidores de internet y otras personas que manejaban big-data. Discutían grandes temas pero también pequeños y en función de eso decidían cambios en los algoritmos de sus empresas.

Los gobiernos eran una fachada. En realidad, éramos gobernados por un único hombre que era el dueño de esa red social donde intercambiaban información los dueños de otras redes sociales usadas por el resto de los mortales. Vivíamos una dictadura de las redes sociales dueñas de nuestros gustos, nuestra experiencia y nuestra vida.

Recordé las palabras de Jorge Luis Borges:

“Dios mueve al jugador, y éste, la pieza. 
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza 
de polvo y tiempo y sueño y agonía?”